
"Ante la norma moral que prohíbe la eliminación directa de un ser humano inocente no hay privilegios ni excepciones para nadie"
Papa Juan Pablo II
Testimonios en favor de la vida...
Me casé con el mejor hombre del mundo el 6 de Julio de 2007 y la maravillosa noticia del primer embarazo llegó pronto, estábamos muy contentos aunque las náuseas no me dejaban tranquila. Acudí en varias ocasiones a urgencias y no había problema alguno excepto que “era lo normal, estaba embarazada”. El problema llegó cuando pasaban los días y yo seguía vomitando y ya empezaba a quedarme sin “reservas”. Una vez, por la noche, dormida, me levanté y me caí al suelo, perdí el conocimiento y me desperté en la uvi, enseguida mi marido acudió a mi lado a decirme que estuviera tranquila y que todo parecía estar bien; me ingresaron y estuve en observación cierto tiempo hasta que en una ecografía se vio que el pequeño corazón había dejado de latir. El legrado me provocó mucha fiebre y tardé en recuperarme 3 meses en el hospital y casi un año en casa.
Cuando ya me recuperé del todo después de varias pruebas, tuvimos el valor de volver a intentarlo y tenemos ya con nosotros a Mario, un bebé precioso que hoy cumple 2 meses. Dormidito a mi lado pienso ¿Qué persona, qué mujer es capaz de eliminar a su propio hijo? Creo que son víctimas de sus novios, padres, hermanos o amigos y eso es muy duro. Pero no por ello deben regular una ley que no es necesario cambiar ya que existe una ya.
En fin, muchas gracias por ese gran equipo que habéis decidido formar y del que estoy muy orgullosa de pertenecer como mujer, como nieta, como hija y como madre.
Un abrazo,
Mª Lucía López Agúndez
Hola amigas:
Soy una mujer de 38 años madre de 3 niñas y abuela de un precioso niño de 3 semanas, el contaros mi historia es para que esta les pueda servir a otras muchas niñas que se vean en las mismas circunstancias que yo me vi.
Yo fui madre a los 17 años con lo que ello supone máxime si estas sola, tuve la opción de ir a abortar pero me negué en rotundo pues siempre he estado en contra del aborto.
Tuve a mi hija y ni tan siquiera tenia trabajo, pero mis padres me apoyaron en todo momento, al poco tiempo conocí al que hoy es mi marido, nos casamos y decidimos ir a por el segundo, porque el asumió la responsabilidad de ser el padre de mi primera hija.
El ser madre no fue tan fácil en esta ocasión, porque antes de que mi segunda hija naciera, tuve 3 abortos espontáneos , y no se pueden imaginar el vacío tan grande que se le puede quedar a una mujer tras sufrir esto.
A los 3 años nació mi segunda hija y decidimos no tener más, pero volví a quedar embarazada a los 2 años, es que por eso no iba a querer a mi niña, el que nosotros no lo tuviéramos planeado no nos daba derecho a no quererla.
Al poco tiempo de nacer mi niña nos dijeron que era autista, es muy duro para unos padres asumir la enfermedad de un hijo, pero no se puede hacer nada más que luchar y hacerle la vida lo más agradable posible.
Cuando mi hija mayor con 18 años me dijo que iba a ser mama, lo único que le dije es que era muy joven, en ningún momento se me pasó por la cabeza decirle que abortara, ni mucho menos, lo que le dije es que su madre siempre estaría a su lado para apoyarla en todo momento.
Hoy por hoy estoy disfrutando de mis hijos y de mi nieto, pero jamás se me irán de la cabeza esos 3 abortos que tuve, porque no hay cosa más dura para una madre que perder a un hijo, ninguna mujer debería pasar por ese trance, desde ese momento dejas de ser la misma persona.
Tere de Melila
Yo voy a contar tres historias, dos que he vivido muy de cerca y la mía. Las tres son reales.
En mi pueblo, hace muchos años una mujer alta, guapa y joven pero pobre, se quedo embarazada de un rico casado. Llego a quedarse embarazada tres veces y las tres aborto y según cuenta mi padre, la policía secreta, fingió vender botijos los detuvieron y los echaron del pueblo.
Él se fue para Alicante con su mujer (que era la rica y le costo media fortuna) y sus hijos. Ella se fue a servir a Madrid.
Durante muchos años salió con varios hombres, por alguna razón todos militares y claro, cuando quería casarse con ellos, pedían informes al pueblo y el comité formado por el Alcalde, El Secretario, El Cura y la Guardia Civil, mandaban el informe y el novio la dejaba.
En muchas ocasiones se presentó en el pueblo, insultando y culpando a los demás de su desgracia. Termino muriendo sola y enferma de las piernas, sin familia ni amigos, sola como un perro.
Él vivió con sus hijos y si tuvo o no remordimientos él lo sabrá, jamás dijo nada.
Por la misma época, otra chica del pueblo, menos agraciada y de familia mucho más pobre, se fue a servir a Madrid y el hijo de los jefes la dejó embarazada, y su familia le cerró las puertas. Se tuvo que quedar a servir en esa casa gratis y para siempre.
Pero pasaron los años y su hija creció y cuando estudiaba Corte y Confesión conoció a un chico y terminó contándole como vivían ella y su madre.
Ese chico le pidió que se casara con él y a escondidas prepararon todo. Un día se presentó donde vivían ella y su madre y le dijo a la señora que venía a llevárselas. La señora se puso brava pero como él no se acobardó y mi amiga Gloria (la hija) ya era mayor de edad, se llevó a las dos, eso sí, no les dejaron sacar de allí ni las bragas que llevaban puestas, gracias que él sabia donde iba y fue preparado con ropa y zapatos.
Se casó con Gloria y se llevó a Dolores, su madre a trabajar con él al bar que tenia. Fue muy fuerte, esa mujer se volvía loca, no entendía que nadie le mandara, que nadie la maltratara, que pudiera comer y beber lo que quisiera, que tuviera una buena habitación y que contara con ella para tomar decisiones pero mucho menos entendió que después de trabajar un mes, llego su yerno y le dió dinero. Era su sueldo pero ella jamás había visto tanto dinero junto, fue al pueblo llorando a contarlo, no sabía que hacer con tanto dinero, era como una niña pequeña, cuando nació su nieto le compraba de todo hasta que le llegaba el dinero.
Fue fantástico, mi amiga me lo contaba y aunque no me lo hubiese contado, todo el pueblo sigue hablando de la suerte que tuvo y sigue teniendo la Dolores con su hija y gracias a su hija fue a bailes, tuvo amigas, vivió una vida. Para mí la suerte la tuvo por no matarla
MI CASO
Mi caso fue diferente. Me casé joven y mi ex marido fue un pésimo padre y marido, creo que me ponía cuernos incluso el día de la boda y eso no era lo peor. El mal trato psíquico, físicos, la humillación, el tener que esconder la comida para mis hijos porque lo bueno era pera él y sus amigos, el traer gente rara a casa, el saber que era cleptómano y robaba a quien podía y un largo etc…., de malos rollos hacían una vida bastante mala, pero eran otros tiempos, ambos de familias de clases medias, católicas y eso del divorcio ni tocarlo.
Tenía ya dos hijos y él era Policía Nacional, estábamos en Basauri cuando una noche poco después de llegar del trabajo llamaron a la puerta. Eran unos policías que preguntaban por él, les dije que subieran pero dijeron que no, que bajara él y bajo. Me dijo que volvía en seguida y me quedé dormida sentada en la cama esperándolo, cuando me desperté ya era de día. Me asuste al ver que no estaba y me fuí a casa de otro policía para decirle lo que había pasado. El policía también se asusto, dijo a su mujer que se llevara mis hijos a su casa y me acompaño a al comisaría.
En la comisaría empezó el trauma. Allí me explicaron que habían robado unos uniformes, que yo sabía donde vivía, lo que le pasaba a los policías y que en un monte de Bilbao, solían aparecer policías muertos con un tiro en la sien pero que ellos sabían que no era suicidio.
En definitiva, me decían de forma muy cariñosa y amable que mi marido podía aparecer muerto en el monte, que lo abrían matado aunque quedaría como un suicidio y se suponía que yo lo tenia que aceptar de forma natural.
Que conste que no es la primera vez que se equivocaban y me decían que creían que estaba muerto, también me habían llamado anteriormente para identificar a un gran amigo asesinado por ETA y que me había puesto como familiar más próximo por si lo mataban. Pero a eso nunca te acostumbras así que me desmaye y me llevaron al Hospital de Basurto y allí me dijeron que estaba embarazada. Yo no lo sabía porque estaba de tan poco tiempo que ni siquiera había tenido una falta.
Lo que vino después fue peor o al menos para mí. Cuando volvíamos para la comisaría, le dijeron al policía que me llevaba que me llevaran al cuartel, escuché por la emisora que a mi marido lo habían detenido policías de verdad pero de otra comisaría, que estaba detenido por violación y robo, él y otro.
Yo era sobrina de dos comandantes y el Teniente Coronel me conocía desde pequeña así que me llevaron a su despacho y desde allí hable con mi tío que estaba en San Sebastián. Me dijo que lo primero eran los niños, que si lo echaban haber que hacia yo sin dinero y con dos niños y que tenía que comerme el orgullo, hablar con él de forma cariñosa y recomendarle que no hablara hasta que el Capitán Juez hablara con él.
Así lo hice pero esa misma tarde después de arreglar ese problema me fui a mi ginecólogo y le dije que quería abortar. No les había dicho nada de mi embarazo y el único policía que lo sabia me dijo en el coche que me entendía y que no diría nada.
Le conté a Don Carlos lo que me había pasado y que tenia que abortar porque haber que hacia yo con un marido en la cárcel, dos hijos pequeños, el mayor enfermo y otro/a en camino. Eran otros tiempos, yo no había trabajado nunca ni se esperaba de mi que trabajara, no tenia otra salida.
Don Carlos me conocía bien. Cuando tuve a mis otros hijos, los tuve en la S.S. y no me hicieron ninguna Ecografía pero en esta ocasión era por ADESLAS y Don Carlos me dijo “ahora mismo, pasa y ponte en el potro” me puse en el potro y el me preparo para una Ecografía y vi a mi hija. Era como una lenteja, saltaba o al menos eso me parecía y le sonaba el corazón más fuerte que a mí. Le quite la mano al médico pensando que el Ecógrafo podía hacerle daño a mi bebe. Ya no quería abortar, no me importaba lo que pudiera pasar o lo que tuviera que hacer para mantenerlos a los tres, en ese momento tuve las cosas muy claras, era un ser vivo. No sabia ni me importaba si era niña, niño o si estaba sano o no, era un ser vivo y era mío. De eso hace 27 años.
Hoy es la mejor de mis tres hijos. Los otros, especialmente la del medio, tienen mucho de su padre y se complican mucho la vida especialmente ella, la de ella y la nuestra. La que quise abortar es muy trabajadora, ahorrativa, seria, maniática de la limpieza, es capaz de ahorrar incluso estando en el paro y me ayuda lo que puede y más.
Cuando la miro y pienso que quise abortarla. Doy gracias a Dios todos los días por haberla dejado nacer. Un saludo.
Pilar
Me he adherido a la plataforma porque me parece una salvajada lo que esta haciendo el Gobierno. Yo tengo un bebe de 6 meses, me ha costado muchísimo quedarme embarazada, soñaba con él, de tenerle en mis brazos, besarle, mimarle.
Después de casi dos años intentándolo llegó el gran momento, ¡¡ estaba embarazada!! y sabéis cual fue mi mayor temor en esos 9 meses? “Perder a mi pequeño”.
Ahora no me imagino la vida sin él y pienso que una “niña-mujer” de 16 años, no puede estar segura al 100 % de querer abortar, necesita el apoyo de su familia (que para eso están ) y se de muchas de ellas que con los años han llorado por ese hijo que nunca tuvieron… Espero que este testimonio ayude a muchas “niñas-mujeres” a recapacitar….
Carmen
No puedo aportar gran cosa, sólo la triste experiencia de un aborto natural que me ha dejado sin vida, creo que para siempre.
Hace casi cuatro meses y todavía mi primer y último pensamiento del día son para ese hijo que nunca pudo nacer. Lloro cada momento que estoy sola en casa y puedo hacerlo tranquila y tengo tanta angustia y tanto miedo a no poder tener hijos que creo que es mejor no vivir que estar así.
Estoy en contra del aborto pero pienso que puede haber mujeres que por encontrase desesperadas y creer que no tienen salida, pueden llegar a hacer algo tan horrible (sobre todo con 16 años) y arrepentirse toda su vida. Las compadezco ante todo, porque estoy segura de que nadie haría algo así si supiera el camino de tristeza que le queda por pasar. No quiero ni imaginar qué sería de mí si esto lo hubiera provocado yo abortando conscientemente… por eso pienso que hay que ofrecer más medios, más información, más ayuda a las mujeres que viven su embarazo como una carga, y no dejar que niñas de 16 años que no sabe ni decidir por sí mismas, decidan qué hacer con la vida de otro (y por supuesto, con la suya propia, porque las dos vidas van unidas para siempre).
Gracias por luchar por la vida, porque muchas nos perdemos en las obligaciones, en la tristeza diaria, en la velocidad del día y día y olvidamos algo tan fundamental como luchar por este regalo que es la vida. Ojalá estuviera yo embarazada ahora mismo no hubiera perdido a mi hijo. Qué injusto es el mundo! Unas los quieren matar y otras no podemos ni sonreír porque los hemos perdido si poder hacer nada para evitarlo.
Anónimo
Yo me quedé embarazada con dieciséis años. Estaba estudiando y tenía muchos contactos sanitarios, me ofrecieron abortar y eso que cuando lo dije estaba ya de cinco meses. Sólo el hecho del ofrecimiento me produjo una gran tristeza, tanto que aún hoy me conmueve.
Cuando diez años después quisimos tener otro hijo y éste no llegaba, la alegría de no haber caído en la opción más corta, que no más fácil, me reconfortó, al menos tenía un hijo, que es mucho más de lo que pueden decir muchas mujeres, años después vino mi segunda hija. Actualmente mi hijo tiene veinte años y es un verdadero encanto.
Realmente creo que un hijo HACE una mujer, y que aunque no querer tenerlos sea una opción no puede haber nadie que quiera destruirlo cuando ya existe. El aborto es una trampa que se le tiende a una mujer cuando se encuentra débil emocionalmente. Un hijo siempre es una bendición aunque traiga problemas. Sería importante que todas las mujeres contaran con apoyo suficiente para sacar a sus hijos adelante. Además, en todo esto se obvian los derechos del padre, ¿es que ellos no tienen nada que decir? Parece que todo se encamina a que nadie sea responsable de sus actos y esto trae como consecuencia una sociedad irresponsable.
Elisa
El año pasado mi pareja y yo decidimos intentar quedarnos embarazados, pensamos que nos llevaría un tiempo, pero al mes siguiente de dejar de tomar precauciones descubrimos que estaba embarazada. Llevaba sin trabajo 3 meses y al principio nos asustó el vernos en esa situación y esperando un hijo, pero jamás nos planteamos el abortar.
Al mes siguiente encontré trabajo, esperé un poco y les comuniqué que estaba embarazada (era una tontería callarlo por más tiempo porque empezaba a notarse). Tuve la suerte (o eso pensé entonces) de que se lo tomaron muy bien y estando en el período de prueba no me pusieron ninguna objeción.
Pero, una semana después de que finalizara el período de prueba, y viendo que la ciática me daba muchos problemas, supongo que quisieron prevenir antes que curar y me despidieron. Lo denuncié y hace una semana conseguí una buena indemnización.
En el momento en que supe que estaba despedida mi primer pensamiento fue desear no estar embarazada, y cada día pido perdón a mi niña, aún no nacida, por haber pensado así.
Antes de quedarme embarazada, yo defendía el aborto en ciertos casos muy concretos, pero desde que supe que el feto tiene corazón en la 4ª semana me es imposible defender el aborto bajo ninguna circunstancia. Y desde que empecé a notar los movimientos de mi hija, no creo que pueda haber nada en el mundo comparable a esa sensación. Me queda menos de un mes para dar a luz, y siento que la echaré muchísimo de menos cuando no esté dentro de mí.
En mi caso mi propio embarazo me hizo cambiar la opinión que tenía sobre el aborto, y la nueva ley que está en marcha me parece abominable. Creo firmemente que debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitar que se apruebe.
Anónimo
Hace unos días oí que existía esta página web, en la que adherirse a un manifiesto contra el aborto. Después de leerlo detenidamente, acabo de firmarlo.
No es únicamente una cuestión de creer que no se debe ir contra la vida: el manifiesto, que está siendo firmado por mujeres y hombres de diferentes ideologías políticas pero con sentido común, aporta soluciones como redes de asistencia a las mujeres embarazadas y potenciación y facilitación de la adopción, para que las mujeres que no se vean capaces de sacar a sus hijos adelante puedan continuar su vida con dignidad, sabiendo que, además de dar la mayor felicidad que pueda haber a otras mujeres que por desgracia no pueden tener el “problema” de verse embarazadas, su hijo estará feliz con una familia que le quiere y que le educará para que de mayor se sienta orgulloso de que su madre biológica aceptara su responsabilidad y tuviese el valor de luchar por él facilitándole una vida mejor.
Ni que decir tiene, que nunca agradeceré lo bastante a la madre biológica de mi hija Laura que me regalase lo más bonito que tengo en la vida. No hay día que pase que no piense en ella, y espero que, esté donde esté, presienta que ese bebé que un día tuvo que dejar es hoy una niña preciosa y feliz de 10 años, y se sienta bien por ello.
Tengo 34 años y el pasado 30 de mayo dí a luz a mi 5ª hija. La sorpresa fue que al nacer, me comunicaron que María, pues así se llama la niña, tenía Síndrome de Down y una cardiopatía congénita. Tanto mi marido como yo, aceptamos a esta niña con todo el amor que unos padres pueden dar, y nuestra única preocupación era su salud, ya que le enviaron a la UCI y nos dijeron que debería estar ahí varios meses hasta su operación. Sin embargo, María empezó a remontar y al noveno día pudimos llevárnosla a casa.
En el mes de octubre le operarán de la cardiopatía en el Gregorio Marañón, pero de momento ella se encuentra muy bien.
Con mi experiencia personal quiero decir que, a pesar de que en ninguna ecografía se vio que María tenía Síndrome de Down, y menos la cardiopatía, aunque me lo hubieran dicho, nunca habría abortado. De hecho, la chica que tenía en casa, estaba embarazada y le convencí, una semana antes de yo dar a luz, para que no se hiciera la prueba de la Amniocentesis (que a ella le habían dicho que era obligatoria por tener 38 años). Sin embargo, al saber que María nació con Síndrome de Down, se hizo la prueba y comenzó a perder líquido amniótico. Menos mal que tras una semana ingresada, le dieron el alta, aunque está de baja por riesgo de embarazo y el bebé, sano, está fuera de peligro.
Con esto, quiero denunciar la presión a la que someten a las mujeres en algunos hospitales de la sanidad pública. Les meten el miedo en el cuerpo para que se hagan la Amniocentesis, con el riesgo que ello conlleva, y si el bebé viene mal, te ponen todas las facilidades para que abortes. Creo que es un gran error y que el aborto es el genocidio del siglo XXI.
Me encanta saber que hay tantas mujeres influyentes y de la vida social, cultural y política que piensan como yo. ¡Enhorabuena por esta iniciativa!
Un saludo,
Noelia Sanz
Hija de un padre y una madre que “decidieron” irresponsablemente traer un hijo al mundo (yo misma) y ninguno más (con lo que dos hermanos abortados se quedaron fuera de este juego de la ruleta de la vida que impone el falso “derecho de los padres” a decidir sobre la vida de los niños concebidos).
Me considero víctima porque no pude conocerlos, ni abrazarlos, ni ejercer de hermana mayor, ni pelearme con ellos, ni vivir con ellos momentos especiales. Tengo 35 años, y aún me pregunto a veces como hubiese sido mi vida con ellos al lado. Serían niño, niña, cuales serían sus nombres, su color de pelo, se parecerían a mi en algo?
Esos niños no nacidos podrían haber sido mi ilusión en la vida, o la pesadilla de mi vida, quien sabe… O el paño de lágrimas que todo el mundo necesita tener y que cuando cuenta con una familia responsable y amorosa, lo tiene mucho más a mano.
Me he adherido al manifiesto no sólo porque me considero defensora de los derechos de la mujer y de acuerdo con todos los puntos que proponen, sino también porque creo que cuando se habla del aborto “sólo” se habla de víctimas por los que mueren, o por sus madres, pero hay muchas más. El resto de la familia también puede pasarse la vida sufriendo, como es mi caso, por un acto humano irresponsable que no tiene ninguna justificación.
Si necesitan que mi testimonio se amplíe, publique o lo que sea, por favor, cuenten con ello.
Muchas gracias por el manifiesto y por la valentía de plantarle cara a unas leyes injustas y que suponen un paso atrás en la lucha de las mujeres dentro de la sociedad.
Un saludo.
Sara
Tengo 45 años. Llevo tiempo leyendo toda la información que sale sobre el tema de la vida y la verdad es que nunca me he atrevido a escribir o contar mis opiniones en un medio público. Soy más bien una luchadora de distancias cortas y me gusta argumentar y mostrar mis convicciones en la distancia corta. Pero hoy me gustaría escribir mi anónima historia.
El año pasado mi pareja y yo decidimos intentar quedarnos embarazados, pensamos que nos llevaría un tiempo, pero al mes siguiente de dejar de tomar precauciones descubrimos que estaba embarazada. Llevaba sin trabajo 3 meses y al principio nos asustó el vernos en esa situación y esperando un hijo, pero jamás nos planteamos el abortar.
Al mes siguiente encontré trabajo, esperé un poco y les comuniqué que estaba embarazada (era una tontería callarlo por más tiempo porque empezaba a notarse). Tuve la suerte (o eso pensé entonces) de que se lo tomaron muy bien y estando en el período de prueba no me pusieron ninguna objeción.
Pero, una semana después de que finalizara el período de prueba, y viendo que la ciática me daba muchos problemas, supongo que quisieron prevenir antes que curar y me despidieron. Lo denuncié y hace una semana conseguí una buena indemnización.
En el momento en que supe que estaba despedida mi primer pensamiento fue desear no estar embarazada, y cada día pido perdón a mi niña, aún no nacida, por haber pensado así.
Antes de quedarme embarazada, yo defendía el aborto en ciertos casos muy concretos, pero desde que supe que el feto tiene corazón en la 4ª semana me es imposible defender el aborto bajo ninguna circunstancia. Y desde que empecé a notar los movimientos de mi hija, no creo que pueda haber nada en el mundo comparable a esa sensación. Me queda menos de un mes para dar a luz, y siento que la echaré muchísimo de menos cuando no esté dentro de mí.
En mi caso mi propio embarazo me hizo cambiar la opinión que tenía sobre el aborto, y la nueva ley que está en marcha me parece abominable. Creo firmemente que debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitar que se apruebe.
Consuelo
Hace ahora el 27 de septiembre cuatro años, que llego a nuestra casa una niña que hoy se llama Lucia.
La historia de Lucia es muy especial, porque cuando nació, NADIE, daba por su vida ni un céntimo. Hoy es la luz de mi vida, aunque le este escribiendo en nombre de ella y de su madre.
En el hospital Materno que ella nació, la llama “La niña milagros”
Nació antes de tiempo,sietemesina, porque mi cuñada sufrió una peritonitis dentro del vientre y tuvieron que practicarle una operación de alto riesgo.
El 27 de septiembre como ya he dicho vino al mundo LUCIA pero nosotros, sus familiares mas cercanos, no pudimos verla hasta 27 días después, porque entró rápidamente a la UVI. Después la pasaron a otra sala y estuvimos 4 meses, día por día viéndola a través de unos cristales. Unos días llenos de dolor y sufrimiento para su padres y para nosotros. Fueron días duros, pero a la vez llenos de esperanza, de fuerza y de darle gracias de Dios porque por lo menos la estábamos viendo, ya que nos dijeron que la niña moriría en las próximas 72 horas. Rezamos y rezamos y nos encomendamos a todos los Santos y si no nos lo inventábamos.
Después vinieron 3 operaciones a vida o muerte. Tiene poco intestino y tres cicatrices en su barriguita. Pero hoy esta corriendo, sana y no toma ningún tipo de medicación. Su médico no se lo puede creer, porque dos casos que se dieron después de ella, fallecieron.
Yo he sufrido un aborto, de cuatro meses. Fui al ginecólogo y me dijeron que mi bebe había muerto. Solo puedo decir, que la depresión que tengo, me la cura Lucia, cuando la veo correr y reír.
No se como pueden matar a un ser vivo, cuando no hay cosa más bonita que la sonrisa de un niño.
Muchas gracias, que Dios os de mucha fuerza para seguir adelante.
Y un beso muy fuerte de Lucia y su familia.
Anónimo
Quiero haceros participes de mi experiencia por si a alguien le sirve de ayuda. No voy a entrar en razonamientos del por qué es malo el aborto. Simplemente os voy a contar mi experiencia: Yo soy madre soltera.
Mi historia se remonta al año 84, cuando se debatía en toda España la primera legalización de la ley del aborto. En el Instituto donde yo estudiaba se organizaron una serie de debates y mesas redondas para convencernos, creo yo, de lo maravilloso del feminismo, entonces en auge, y las ventajas de esta ley, así como otras que ponía en marcha el PSOE en España ( divorcio, reforma educativa: Logse,….). En aquella mesa redonda se nos repetía una y otra vez la necesidad de legalizar el aborto y se ponía como ejemplo el caso de la madre con riesgo de muerte, o el feto con malformaciones. He de decir que una de las ponentes de aquella conferencia era mi profesora de matemáticas, Francisca Plegezuelos, que es hoy eurodiputada por el PSOE. Y debo añadir que esta señora, desgraciadamente tiene una pequeña minusvalía en una pierna. Harta de unos argumentos tan vanos y tan repetitivos pedí la palabra y propuse la implantación del Aborto Retroactivo, es decir, que para limpiar el mundo de personas malformadas, que es lo que ellas pretendían con sus argumentos, se hiciera de forma retroactiva (toda persona con malformación a la que sus padres no pudieron abortar, aplicarles una especie de eutanasia) Yo quería hacer ver que nadie tiene derecho a decidir sobre la vida de nadie. Quizás, yo no pensé las consecuencias de mis palabras, y la maldad de las mismas por la situación del interlocutor al que me refería, mi profesora. Juro que lo hice sin ninguna intencionalidad, solo pretendía hacerles ver lo irracional de sus argumentos con otro argumento irracional. Como comprenderán la reunión se disolvió con gran bronca y ahí se acabó todo.
Pero el destino, es muy caprichoso. Y cinco años más tarde, cuando realizaba mis estudios universitarios, me quede embarazada. Siempre pensé que Dios me puso a prueba. Además mi situación era más grave si cabe, porque el padre no quiso reconocer a mi hijo, en mi familia no atravesábamos una buena situación, y yo tuve que decidir que hacer con mi futuro.
Yo lo tuve claro desde el principio. Es muy duro, afrontar todo esto. Dejé los estudios, monté un pequeño negocio, y con el apoyo de mi familia, salí adelante. Hoy mi hijo tiene 18 años. Es lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo, lo dejé todo por él: mis estudios, mis actividades, mis salidas de fiesta, ya no tenía tiempo para mis amigos, y tenía una sociedad a la que plantar cara, porque era una persona señalada. Pero os juro que mereció la pena. Si volviera en el tiempo al pasado lo volvería ha repetir mil veces y en las mismas condiciones. No me arrepiento de nada.
El mayor problema que te puedes encontrar en una situación así es el económico. Creo que la igualdad sería que todos tuviéramos los mismos medios y las mismas oportunidades; ¿por qué no le dan a las madres que quieran continuar con un embarazo no deseado la misma cantidad económica que se gastan en la Seguridad Social para practicar un aborto? Se empeñan en ayudar sólo a las mujeres abortistas, que se dejan llevar por la salida más cómoda, en apariencia, porque están desbordadas por su nueva situación.
No obstante, os animo a que apoyéis a aquellas chicas que se encuentren en una situación así, en el futuro os lo agradecerán.
Las que somos madres sabemos que merece la pena.
Y, recordad, la mayoría de las veces, el destino es muy caprichoso.
Un saludo.